sábado, 30 de enero de 2010

Jordana




Jordana es una mujer que en su vida no existen los matices, es de extremos y excesos.


Es delgada, mide 1,56, de cabello corto, muy brillante, piel blanca, labios rojos y facciones finas.

De ideas brillantes, apasionada, imponente, dominante, revolucionarias e intimidante.


Jordana tiene 26 años, es de clase media y es muy inteligente. Es filosofa de la Universidad de los Andes en Bogotá, amante del existencialismo, admira profundamente a Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir. Es profesora de filosofía en un colegio femenino muy reconocido, donde es respetada y admirada por sus estudiantes, pues la ven como una mujer brillante, y muy exigente.


De ideas feminitas, una mujer de extremos, para ella no existen los matices es de odios y amores, extremas alegrías y tristezas. Es depresiva, inestable, en oportunidades irrespetuosa y rencorosa. Sin embargo, es de un carácter dulce pero muy frío a la vez.

Amante de la libertad y los excesos, obsesiva, espontánea y caprichosa.


Con un humor negro, sarcástica y crítica. Se cuestiona la vida y lo que pasa alrededor de ella, “no traga entero” sin embargo, es muy ingenua.


Animalista y medio ambientalista , amante de los perros y las ardillas, su mascota es un perro ovejero con el que ha compartido casi toda su vida. También ,comparte con "Bú" un bambú que en su cumpleaños 23 le regaló Javier, su mejor amigo.


Desde pequeña se ha sentido incomprendida, sin embargo tiene algo que la hace ver frente a los ojos de los demás como una mujer segura y hasta pedante, muy feliz de ser quien es y orgullosa de si misma. Pero, en realidad no es tan segura como lo parece.


Nunca ha tenido suerte con su vida sentimental a pesar de ser hermosa, inteligente, agradable para unos, divertida para otros, es una mujer de relaciones cortas y con el corazón roto, llena de vacíos y dolores absurdos, con mas problemas inventados que reales, llena de contradicciones. Ha tenido relaciones con mujeres, intentando encontrar en ellas lo que no ha hallado en ningún hombre. Ha tenido problemas con el alcohol, pues descubrió que en las mesas se encuentran mas botellenas llenas como hombres vacios.


Por su estilo de vida Jordana es amada por unos y odiada por otros. Su familia la adora sin dejar de ser muy duros y hasta crueles con ella, pues no toleran sus excesos ni sus pensamientos. Jordana no tiene padre, pero si tres hermanos que la adoran, en especial el menor que es gay y rechazado por los otros dos.


Su madre es una mujer excesivamente católica, conservadora de familia santandereana. Tiene una buena comunicación con Jordana a pesar de sus diferencias, aunque nunca le perdonó el haber cortado su pelo a la edad de 16 años, sólo por rebeldía. Pues la madre de Jordana, Doña Griselda está totalmente convencida de que las mujeres tienen que llevar el pelo largo, las uñas arregladas, preferiblemente con colores pasteles y siempre tener una cartera a la mano así sea sólo para ir a la tienda.

Doña Griselda no tolera algunas cosas de Jordana, pues le parece una “niñita”, así suele llamarla, extremista y excesiva, inconforme con la vida y con actitudes masculinas. Detesta oírla hablar de sexo, libertad y pasiones. Se rie cuando su hija le dice que al igual que Simone de Beauvoir ella fomentará movimientos feministas.

Grisel, como la llama Jordana, siempre ha tenido la manía de culparla por las orientaciones sexuales de su hijo menor, Antoine. Pues ella dice que Jordana con sus ideas revolucionarias acerca de la liberación sexual y libertad de identidad lo convirtió en gay. A pesar de todo esto, Jordana ama profundamente a su madre.


Los amigos de Jordana la admiran y respetan pero la ven tan fuerte y segura que poca atención prestan a sus dilemas. Javier, vive locamente enamorado de ella, la idolatra, valora , respeta, la sigue sin importar a donde. Ella lo confunde cada vez que se acuesta con él, pues le da alas, pero se las corta cuando desaparece por largos meses y no lo vuelve a buscar o a llamar hasta que tiene algún problema o tristeza


Sus enemigos la odian, se burlan, critican y señalan pero morirían por ser como ella.


Jordana vive sola con su perro y Bú en un apartamento en el barrio la Candelaria en Bogotá, aunque, suele mudarse constantemente de casa, odia la monotonía como odia vivir por largos periodos de tiempo en un sólo lugar, pues su espiritu aventurero le exige nuevos espacios.


Camina siempre erguida y con la frente en alto, viste acorde a su estado de animo y sólo se maquilla los días que está deprimida, pues intenta ocultar su tristeza en el maquillaje exagerado que logra resaltar su facciones y disimular sus ojos hinchados por haber llorado en la noche.